Ricotta entrenando

Felipe Y Ricotta: Una nueva historia, un nuevo tándem

Soy José Luis, padre de dos mellizos de 7 años, uno de los cuales, Felipe, con TEA no verbal.  

Felipe, como otros niños con este trastorno, tiene serias dificultades de atención, sufre episodios de ansiedad y estrés (que no es capaz de gestionar), además de ser un “escapista profesional” tanto cuando tratamos de pasear, como cuando se encuentra en recintos diferentes a su casa.   Además, es un niño especialmente ágil y curioso, con lo que una ventana o un balcón abiertos son para él un irresistible reclamo.  Estas características nos han puesto en aprietos en más de una ocasión y, buscando soluciones o ayudas para minimizarlas, nos encontramos con los Perros de Servicio o Asistencia.  

¿Cómo se nos ocurrió esto de los perros?

Bueno, en realidad no buscábamos un perro de asistencia (no sabía que existían).  Buscábamos simplemente un perro… o un GPS (no es broma).

En cierta ocasión, tratando de disfrutar de una fiesta de disfraces en familia, en la casa de mi cuñada, en el pueblo, nos percatamos que Felipe no estaba y que la puerta de la calle estaba abierta.  No exagero un ápice si digo que tanto Julia, mi mujer, como yo, tirando cada uno hacia un lado de la calle, habríamos batido a Usain Bolt.  El episodio terminó felizmente y encontramos pronto a Felipe, jugando al otro lado de la carretera, feliz, como si nada hubiera sucedido.

Este incidente (y otros por el estilo) encendieron una bombillita en mi mente en forma de perro.  Pensaba sólo en un animal de compañía, un perro bien educado que acompañara y avisara, si fuera el caso, de situaciones del estilo.  Así que me puse a consultar en internet acerca del tema (perro + autismo) y descubrí un mundo de posibilidades, tanto como animales de terapia como, oh, sorpresa, Perros de Asistencia para Niños con Autismo.

Conforme más leía, más me convencía de los beneficios que podría aportar tanto a mi hijo como al resto de mi familia: seguridad, reducción de niveles de estrés, intervención en crisis, confianza.

¿Y por qué DogPoint?

Contactamos con varias entidades, criadores / adiestradores y alguna otra asociación.  Alguno sonaba mucho a negocio.  Otros, quizá, no tenían suficiente experiencia.  Entonces fue cuando conocimos DogPoint, primero a través de Noe y luego en la entrevista con Oli y Cristina.  

He de decir que la llamada de Noe fue crucial: la experiencia de una madre que vivía una situación similar a la nuestra y cómo Brownie había cambiado para siempre su realidad, nos atrapó. Además, saber que las familias formaban una red de apoyo, añadía un plus realmente interesante.  Finalmente, Oli y Cristina terminaron de convencernos, compartiendo el proyecto de DogPoint con nosotros, con el cariño y la implicación que demuestran.

Así comenzamos la andadura de Un Amigo Para Felipe, desde la que apoyar a DogPoint para compartir su (ahora también nuestro) proyecto y ayudar en la financiación de los Perros de Servicio para Niños con Autismo (cosa nada sencilla, más en tiempos de pandemia como los que nos está tocando vivir).

Y un año después, Un Amigo Para Felipe ha resultado ser una amiga: se llama Ricotta y el próximo día 26 aterriza en Sevilla para comenzar esta última fase de acoplamiento.  

No puedo explicar lo entusiasmados que estamos todos por su llegada.  Ya la hemos conocido, hemos pasado unos días juntos, en diferentes ocasiones, entrenando y aprendiendo con ella.  Ahora viene para quedarse, para agitar un poco (bastante) más nuestra ya revuelta vida. Pero agitando y batiendo es como se obtienen los buenos cócteles, batidos y gazpachos, ¿no os parece?

RICOTTA

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