¿Por qué casi siempre trabajamos con Labradores?

Los perros han sido compañeros leales del ser humano durante siglos, pero algunas razas se destacan por su asombrosa capacidad para brindar apoyo emocional y asistencia a las personas. Entre estas razas, los labradores han demostrado ser excepcionales, reúnen una serie de características que para el equipo de DogPoint son fundamentales en todo el proceso que supone llegar a ser un perro de asistencia para una persona con TEA.

Orígenes de la Vinculación Especial de los Labradores:

La relación especial entre los labradores y los humanos se remonta a su historia como perros de trabajo en la pesca y caza en la región de Terranova en Canadá. Su capacidad para trabajar en estrecha colaboración con los pescadores y cazadores creó una base sólida para su relación con los humanos. Su disposición amigable, inteligencia y naturaleza adaptable los convirtieron en compañeros ideales. Sin saberlo, cazadores y pescadores empezaron a sentar las bases del temperamento de nuestros peludos muchos siglos atrás.

La elección del Labrador como perro de asistencia para personas con TEA no es arbitraria. Uno de los aspectos cruciales es la evaluación del temperamento individual del perro. Cada Labrador potencialmente destinado a ser un perro de asistencia es sometido a una evaluación meticulosa para determinar su idoneidad para el trabajo. La evaluación considera factores como la sociabilidad, la capacidad de atención, la respuesta al estrés y la disposición general para trabajar en colaboración con los humanos. No sólo se trata de que el perro pueda acompañar a la persona con TEA para la que es entrenado, también queremos que disfrute haciéndolo.

No todos los labradores poseen las características necesarias para ser perros de asistencia, y es en este proceso de evaluación donde se destaca la importancia del temperamento. Un perro con un temperamento equilibrado, con sensibilidades medias, paciencia y mucho interés por las personas es fundamental para trabajar con personas con TEA.

La Importancia del Aprendizaje Continuo:

Aunque los labradores son conocidos por su inteligencia, es vital comprender que no nacen sabiendo cómo ser perros de asistencia para personas con TEA. La formación específica para estas funciones requiere un enfoque especializado y adaptado a las necesidades individuales de la persona a la que asistirán.

El aprendizaje es un proceso continuo tanto para el perro como para el usuario. La formación inicial establece la base, pero la adaptación a las necesidades cambiantes del individuo con TEA es esencial. Los labradores son excepcionales en su capacidad para aprender y ajustarse a nuevas situaciones, lo que los convierte en compañeros valiosos a lo largo del tiempo.

Características importantes en los labradores como perros de asistencia para personas con TEA.

  1. Empatía y sensibilidad:
    Los labradores son conocidos por su empatía natural y su sensibilidad hacia las necesidades emocionales de sus dueños. Esta capacidad es especialmente valiosa en el contexto del TEA, donde las señales emocionales pueden expresarse de manera única.
  2. Adaptabilidad a rutinas cambiantes:
    Las personas con TEA a menudo benefician de rutinas estructuradas, y los labradores se destacan por su capacidad para adaptarse a estas rutinas y proporcionar estabilidad en situaciones cambiantes.
  3. Capacidad para calmar y reducir la ansiedad:
    La presencia reconfortante de un Labrador puede ayudar a reducir la ansiedad y proporcionar consuelo en momentos de estrés. Su naturaleza afectuosa los convierte en compañeros ideales para personas con TEA.
  4. Inteligencia y aprendizaje rápido:
    Su inteligencia sobresaliente facilita la enseñanza y la adaptación a nuevas tareas. Esta capacidad de aprendizaje rápido es fundamental para ajustarse a las necesidades cambiantes de las personas con TEA.

Aunque la elección de un Labrador como perro de asistencia para una persona con TEA es valiosa, es crucial destacar que esta elección debe ir acompañada de un entrenamiento específico. No es suficiente asumir que cualquier cachorro de Labrador se convertirá automáticamente en un apoyo eficaz. La formación adecuada, llevada a cabo por un equipo de profesionales especializados en la asistencia a personas con TEA, es esencial para aprovechar al máximo las habilidades naturales de la raza.

Así como las personas ciegas no adquieren un cachorro de Labrador esperando que se convierta en un perro guía sin una formación especializada, aquellos que buscan un perro de asistencia para el TEA no deberían caer en el error de adquirir un cachorro sin considerar la formación necesaria. La toma de decisiones informada, el entrenamiento especializado y el compromiso continuo son fundamentales para garantizar que la relación entre el Labrador y la persona con TEA sea beneficiosa y armoniosa a lo largo del tiempo.

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