¿Qué ocurre si un perro no supera las pruebas de salud?

El proceso de formación de perros de asistencia es un viaje emocionante, pero no todos los compañeros de cuatro patas superan las pruebas para convertirse en héroes de asistencia para personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Cuando un perro no es apto para el programa de entrenamiento, una serie de razones médicas y de comportamiento pueden estar detrás de esta decisión. En este artículo, exploraremos las principales causas, las opciones disponibles y cómo estas experiencias no son el final del camino, sino simplemente un cambio en la dirección del viaje.

1. Displasia de Caderas o Codos:

La displasia es una afección en la que las articulaciones no encajan correctamente, causando dolor y dificultades en el movimiento. Tanto la displasia de caderas como la de codos son preocupaciones comunes. Los grados varían desde leves hasta severos, y el pronóstico depende de la gravedad y la respuesta al tratamiento.

2. Hiperactividad:

En algunos casos, la hiperactividad puede ser una barrera para la formación como perro de asistencia. Los perros necesitan un equilibrio adecuado de energía para desempeñar sus tareas de manera efectiva, y la hiperactividad puede interferir con la concentración y el rendimiento.

3. Miedos:

Los miedos excesivos, ya sean a situaciones específicas o a estímulos en general, pueden afectar la capacidad de un perro para realizar su trabajo de manera calmada y efectiva. Identificar y superar estos miedos es esencial para el éxito como perro de asistencia.

4. Alergias Graves:

Las alergias graves pueden limitar la capacidad de un perro para trabajar en entornos diversos. Las reacciones alérgicas pueden manifestarse de diversas maneras y afectar la calidad de vida del perro, siendo una consideración importante para su bienestar.

Opciones Después del «No Apto»:

La primera opción es siempre que el perro se quede con la familia educadora que lo ha criado. Esta transición puede ser agridulce para la familia, que esperaba ver a su cachorro convertirse en un perro de asistencia. Sin embargo, es crucial recordar que el perro lleva consigo una mochila llena de experiencias positivas que lo beneficiarán en su vida diaria.

En casos en que la familia educadora no puede quedarse con el perro, se busca cuidadosamente una nueva familia adoptiva. Encontrar un hogar que pueda satisfacer las necesidades específicas del perro es esencial, y se realiza un proceso detallado de emparejamiento para garantizar una transición suave y exitosa.

Aunque la noticia de «no apto» puede ser desgarradora para la familia educadora, es vital recordar que cada perro lleva consigo experiencias valiosas. Han sido amados, han aprendido, y han contribuido de manera significativa a la conciencia sobre las personas con TEA y los perros de asistencia.

Los perros viven en el presente y son agradecidos por el amor y la atención que reciben. Aunque no sigan el camino previsto como perros de asistencia, no experimentarán nostalgia por una carrera perdida. Cada perro tiene un propósito único, y su capacidad para vivir el momento es una lección valiosa para todos nosotros.

En conclusión, la realidad de un perro no apto para el programa de entrenamiento es un cambio en la dirección del viaje, no el fin del camino. Con amor, cuidado y nuevas oportunidades, estos perros continúan siendo héroes en sus propios caminos, llevando consigo experiencias que enriquecen sus vidas y las de quienes los rodean.

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